The Burning Crusade (enero 2007) fue la primera de estas expansiones y continuó la tradición Blizzard de dejar a los fans salivando con cinemáticas de gran calidad, adelantando enemigos a encontrar y nuevas razas que jugar, en este caso los elfos de sangre y los draenei. A pesar de ciertos errores de distribución en Europa, la expansión fue un éxito que animó a Blizzard a seguir exprimiendo la vaca. Es relevante que, a diferencia de otras compañías, Blizzard se esfuerce en sacar trailers doblados al español.
Si The Burning Crusade funcionó, Wrath of The Lich King (noviembre 2008) fue uno de los puntos culminantes del MMO. Con 2,8 millones de copias vendidas en 24 horas, fue el juego de PC más rápidamente vendido de la historia hasta el momento, arrebatando el récord de The Burning Crusade y aumentando también el número de suscriptores a WoW. La expansión retomaba uno de los cabos sueltos del juego de estrategia Warcraft III, el a menudo olvidado punto de partida del MMO.
En 2010 World of Warcraft alcanzó la histórica cifra de 12 millones de suscriptores y, con la expansión anterior ya amortizada, Blizzard decidió sacar Cataclysm (diciembre 2010) para mantener el ritmo e introducir elementos nuevos en el mundo y la historia de su MMO. Con 3,3 millones de copias vendidas en 24 horas, Cataclysm superó el récord de Wrath of The Lich King, récord que sólo se lo arrebataría eventualmente Diablo III (sí, todo Blizzard). Sin embargo, a pesar del éxito de ventas, Cataclysm no logró mantener el número de suscriptores y desde entonces WoW ha ido perdiendo suscriptores de manera lenta pero continua.
Mists of Pandaria (septiembre 2012) ha sido el último intento de Blizzard por dar nueva vida a su MMO. Las ventas han sido buenas, 3 millones de copias... en una semana, no en un día. Aunque muchas empresas darían un riñón por una cifra así, es un resultado inferior al de expansiones anteriores, y la lenta sangría de susriptores continúa. Muchos ya han clamado por el fin de World of Warcraft, pero no deberían lanzar las campanas al vuelo tan rápido. Como Roma, el imperio de WoW es grande y poderoso. Su decadencia y cáida no será cosa de un día, y a buen seguro Blizzard tendrá preparada una traca final para despedir su MMO por todo lo alto antes que dejarlo languidecer.
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