Candy Crush Saga se ha convertido en una de las marcas más populares del momento en el mundo de los videojuegos. Por eso, desde King, sus creadores han decidido protegerla mediante el registro de la palabra "candy" (caramelo en inglés) y atacar a cualquiera que se atreva a infringir su imagen. No es una broma. El registro ya se ha hecho en Europa y van camino de hacer lo mismo en Estados Unidos.
El primer objetivo de King ha sido Candy Casino Slots - Jewels Craze Connect: Big Blast Mania Land, que no tiene mucho que ver con Candy Crush pero que en el catálogo de apps aparece de una manera sospechosamente similar al famoso juego. Pero no se han detenido ahí; ahora han ido a por los desarrolladores del reciente The Banner Saga: Chapter 1 por el uso de la palabra "saga", que también parecen tener registrada.
Antes de que cunda el catastrofismo, hay que reconocer que el éxito de Candy Crush Saga ha propiciado la aparición de muchos juegos clónicos y no tan clónicos que tratan de aprovecharse del título de King para atraer más usuarios. Que Candy Crush Saga sea más o menos original o haya copiado a otros es un asunto de copyright, no de registro de marcas, como informa Jas Purewall en su blog Gamer Law. También recuerda que el registro de marcas no afecta a todos los ámbitos, que hay usos aceptados y que la mayoría de estos casos se resuelve con cambios cosméticos en los títulos o con acuerdos entre las empresas. Además, si una empresa no hace este tipo de actuaciones de vez en cuando, corre el riesgo legal de perder su marca.
Sin embargo, que la ley permita registrar nombres comunes como "caramelo" o "saga" (ni siquiera la combinación entre ellos, simplemente el sustantivo tal cual), que llevan usándose durante años, pone en cuestión la ley misma del registro de marcas. Por no mencionar que la larguísima lista de usos incluida en el registro de King va desde los videojuegos en todas sus variantes (lógico) hasta ropa de gimnasia, clubs nocturnos o servicios de jardinería en zoológicos; una puerta abierta a muchos abusos en nombre de una posible explotación de merchandising que aún ni siquiera existe. En cualquier caso, se abre un plazo de 30 días desde el pasado 15 de enero para que otras compañías impugnen el registro.
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