Después de Nintendo, han salido también los resultados del primer cuarto fiscal del año para Sony. Las buenas noticias son que la compañía ha obtenido beneficios estos tres meses. La mala noticia es que eso no ha sido debido precisamente al segmento de videojuegos, que no sólo se ha estancado en las ventas, sino que sus pérdidas se han disparado hasta los 14.800 millones de yenes (unos 112 millones de euros) por los gastos de desarrollo de la futura PS4.
La depreciación del yen está favoreciendo mucho las exportaciones de Sony, que ha visto por ejemplo cómo su segmento de móviles ha crecido y ha empezado a dar beneficios. También ha servido para maquillar los resultados de PlayStation, ya que la caída de las ventas de hardware se ha hecho notar. Sony lo achaca a que ya ha llegado el fin de ciclo de la PS3, la PSP y la PS2 (sí, sí, la PS2 sigue vendiendo). Lo que sí ha funcionado un poco mejor han sido las ventas de software. Aunque lejos de las ventas navideñas, los 64 millones de juegos vendidos han sido un alivio para las cuentas de Sony. Probablemente, una reacción a lanzamientos tan sonados como The Last of Us.
Sony ya se ha hecho a la idea, y así se lo ha hecho saber a sus accionistas, de que el segmento PlayStation tendrá pérdidas aún mayores en el futuro próximo, por los gastos del lanzamiento de la PS4. Eso sí, confían en que su nueva consola de sobremesa logre remontar las ventas. De la Vita, curiosamente, no han dicho ni una palabra, algo de lo que se han percatado prácticamente todos los sitios especializados. Dado que siguen sumando sus ventas con las de PSP, me temo que hay números que ni ellos se atreven a revelar.
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