El GameTrack ha consistido en una encuesta a más de 24.000 consumidores, preguntando por todo tipo de videojuegos, no sólo los clásicos (algo que deberían aprender los estudios que se hacen en España, como ya señalé en su día). El estudio en realidad no cubre toda Europa, sino los cuatro mercados más importantes: Alemania (351 millones de euros durante el segundo cuarto de 2012), Reino Unido (291 millones), Francia (256 millones) y España (107 millones). El total asciende a más de mil millones de euros en esos tres meses, lo cual, seamos sinceros, es un bajón, aunque queda por delante la siempre fructífera campaña navideña.
Curiosamente, aunque alemanes y británicos son los que más pasta se dejan en su afición, los franceses son los más jugones de todos. Un 51% de los consumidores galos han jugado al menos a un videojuego el último año, mientras que esos porcentajes se reducen al 37% en Reino Unido, 35% en Alemania y 31% en España.
Espero que esta clase de estudios sigan repitiéndose con los próximos trimestres fiscales (esa es la intención, al parecer).
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