Mucho se ha hablado ya del E3 y de quién hizo la mejor presentación (Microsoft, Sony, Nintendo, Ubisoft, etc.), pero el tema que más polémica ha levantado entre un sector fundamental de la población jugadora ha sido el anuncio de que tanto el nuevo Assassin's Creed como Far Cry 4 han decidido prescindir de personajes femeninos para sus modos cooperativos.
Lo curioso es que no siempre ha sido así. En Far Cry 3 se podía jugar en modo cooperativo como la ex-marine Tisha, mientras que Assassin's Creed III: Liberation tenía como protagonista a una mujer.
El anuncio de que las nuevas entregas iban a recortar esa posibilidad ha
sentado como un jarro de agua fría, no tanto por el anuncio en sí, como
por la ligereza con la que ha sido tratado por Ubisoft.
Las razones esgrimidas han sido "comerciales" en el caso de Assassin's Creed Unity y "técnicas" en el caso de Far Cry 4. En verdad, la causa es una y la misma: la disponibilidad de recursos es limitada y los desarrolladores han decidido cortar el gasto a la altura de los modelos de personajes femeninos. Una decisión fría y calculada en base a los números, al menos en teoría, pero que esconde una realidad menos positiva.
La realidad es que en ambos desarrollos, los responsables han considerado que el gasto en hacer modelos de mujeres es menos rentable desde una perspectiva de mercado que añadir una escena o ambientación más al juego, por ejemplo. No nos engañemos, desarrollar buenos modelos de personajes jugables no es tan fácil, breve ni barato como algunos han hecho creer en foros y comentarios. Sin embargo, otras partes del desarrollo tampoco son asequibles y, sin embargo, se les ha dado más importancia que a la posibilidad de meterse en la piel de una mujer. Ese ha sido el mensaje implícito que los responsables de comunicación de Ubisoft no han sabido ver. Porque se ve que según la compañía, sólo los hombres pueden estar interesados en echar una partida cooperativa a Assassin's Creed o Far Cry.
No han faltado defensores de las dos compañías. Sin embargo, argumentos en favor de las razones económicas caen en saco roto cuando después se protesta por la proliferación de DLC y otros sacacuartos, que también responden (en teoría) a las mismas razones. La libertad artística que se puede esgrimir también desaparece una vez admitidas las demandas del mercado. En cuanto a supuestas razones históricas, como que en la Revolución Francesa de Assassin's Creed Unity una mujer en ese papel sería anacrónico, basta remitir a Charlotte Corday.
Los videojuegos lanzan mensajes, lo quieran o no. Si se antepone un tipo de público a otro, el juego se posiciona. Si se anteponen razones económicas, se afirma que hay elementos de un juego que valen más que otros. Son verdades generales, que pueden ser positivas o negativas según las decisiones que se tomen durante el desarrollo.
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