El trabajo se basa sobre todo en entrevistas personales con los propios desarrolladores y protagonistas, así como material adicional salido de las revistas especializadas de la época y los medios generalistas. El objetivo es sumar un total de 10 capítulos que se irán publicando por entregas. Los primeros ya están a disposición del público y que fueron presentados en la Euskal. Por allí pasaron, además de Julen Zaballa y Arantza Mariskal de Tabakalera, los freelance Joseba Epalza e íñigo Ayo, y Raúl López de la ya fenecida Zeus Software, para rememorar los viejos tiempos.
Rescate en el Golfo |
El primer videojuego vasco
¿Cuál fue el primer videojuego creado en el País Vasco? Una pregunta difícil, ya que la documentación es escasa. Hasta ahora se pensaba que era Hundra (1987) , de Zeus Software y distribuido por Dinamic. Sin embargo, haciendo un poco de arqueología, resulta que el primer caso del que se tiene noticia es una conversión para ZX Spectrum de la máquina recreativa Frogger publicada el 26 de marzo de 1985 en la revista MicroHobby. Su autor fue el vizcaíno Joseba Epalza que, como confesó en la conferencia, 30 años después aún no sabía que había sido el primero.
Otro freelance que pasó por la Euskal fue Íñigo Ayo, creador de juegos como Jungle Warrior y Rescate en el Golfo. Este último pasó por varios nombres, como Jumbo y Fist of Steel, hasta que la distribuidora Opera decidió cambiarle el título (sin consultar a los creadores) para aprovechar el tirón mediático de la crisis del Golfo que estaba ocurriendo en aquella época.
Portada de Hundra, que aprovechaba un dibujo del catálogo del dibujante Luis Royo, con logotipo de Ricardo Machuca |
Zeus Software y la Edad de Oro
La edad de oro del videojuego español va de 1983 a 1992. En esos años, los desarrolladores vascos más destacados fueron los donostiarras Ricardo Puerto y Raúl López de Zeus Software. Al igual que Joseba Epalza e Íñigo Ayo, ellos también se vieron muy influidos por las revistas de la época, como MicroHobby. Cuando apenas tenían 16 y 14 años respectivamente, publicaron Hundra con Dinamic, su primer videojuego comercial, una aventura vikinga para ZX Spectrum (con versiones para Amstrad CPC y MSX) inspirada en Camelot Warriors.
Durante su andadura y antes de su cierre final en 1999, Zeus Software crecería y experimentaría con diversas plataformas. Raúl López recuerda con cariño Biomechanical Toy, una recreativa para Gaelco. Durante su desarrollo, López, que se encargaba del arte, tuvo que hacer el servicio militar, pero ni corto ni perezoso recuerda que se llevó los "trastos" a la mili para seguir programando en sus ratos libres.
De Zeus Software también proviene el primer juego español que vio la luz en una consola. Se trata de Risky Woods, cuyos derechos compraría la mismísima Electronic Arts para hacer una versión para la Mega Drive de Sega. López recuerda que les llamó Pablo Ruiz de Dinamic para decirles que el director general de EA, Mark Lewis, y el director comercial, David Gardner, se encontraban en San Sebastián de visita. "Llevamos el ordenador, un monitor y un mando. Nosotros jugábamos mientras Ruiz traducía al inglés. Estábamos muy nerviosos porque normalmente no tenías la oportunidad de enseñar tu juego a esta gente". Los ejecutivos de EA quedaron satisfechos e hicieron su propia versión, que acabaría viendo la luz incluso en Japón.
Un proyecto que continúa
De momento, LOAD cuenta con sus tres primeros capítulos publicados, correspondientes a la historia de Zeus Software, a la historia de los freelances y a la historia de las distribuidoras de videojuegos, que se pueden descargar gratuitamente en la página web de Tabakalera.
La idea de registrar el pasado de la industria es similar a la del libro Ocho quilates: Una historia de la Edad de Oro del software español, de Jaume Estévez Gutiérrez. Es también una idea necesaria. Aunque los videojuegos son una industria relativamente nueva, lo cierto es que se tiene muy poca información fiable de sus inicios. Para muestra, un botón: nadie sabe la fecha exacta de la publicación de Super Mario Bros., pese a ser el título que cambió para siempre el mercado de videojuegos. Por eso, cualquier iniciativa encaminada a preservar este frágil pasado para las generaciones futuras, es más que bienvenida.
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