viernes, 6 de julio de 2012

No son las tabletas, es la falta de innovación

Hay mucha presión sobre las consolas de sobremesa que vayan a salir en el futuro. Hay quien cree que serán las últimas. Muchas voces afirman que el pastel se está haciendo demasiado pequeño por culpa de los nuevos gadgets, como las tebletas y los smartphones. Las han llamado "dinosaurios que van a extinguirse a medida que su hábitat del formato físico empiece a cambiar". Algo de eso hay. Pero creo que hay un problema más grave que la tecnología. Hay un problema de innovación.

Últimamente se suele olvidar, pero la Wii ganó. Que conste.

Pronto se avecina una guerra por el podio de la nueva generación de consolas. Los contendientes están afilando sus armas. Nintendo ya ha sacado a la luz su Wii U. De las futuras máquinas de Microsoft y Sony sabemos poco. Se revelaron ciertos presuntos documentos secretos sobre la Xbox 720, pero nada más. Sony, en cambio, ha decidido apostar fuerte comprando la plataforma de streaming Gaikai. Cómo se vaya a implementar en una futura PlayStation 4 es aún desconocido, pero desde luego la usarán sí o sí en su nueva consola. Y en sus televisores, móviles y demás parafernalia electrónica. De mientras, no nos olvidemos de que la guerra ya ha empezado en el mercado de las portátiles. Nintendo 3DS va claramente en cabeza después de su bajada de precio, aunque los números en EEUU y Europa no son tan buenos como le gustaría a la compañía de Kioto. Mientras, la PSVita va arañando subidas según van saliendo a luz nuevos títulos para ella. Que sea mucho más potente y ofrezca más prestaciones que la 3DS sólo importa a una minoría. La gente compra videoconsolas para jugar. Punto.


Uno de estos tres no encaja

¿Os habéis fijado en las líneas generales? Nintendo vuelve a apostar por una consola de sobremesa poco potente pero con un sistema de juego distinto, así como una portátil clásica con algún toque tecnológico extra que, en realidad, tampoco importa mucho. Sony quiere competir con Nintendo con una portátil que tecnológicamente le da mil vueltas, pero que no es ni un ordenador ni un smartphone aunque trate de parecerse a ellos. Además, lucha con Micorsoft por crear una máquina que sea el centro de ocio del salón de casa, aunque el precio se dispare. En efecto, las mismas estrategias de la actual generación.


No es que no se hayan dado cuenta de que han ido surgiendo nuevas plataformas. Al contrario, la adquisición de Gaikai por Sony y el SmartGlass de Microsoft demuestran una reacción (tardía). Pero su problema es otro.


Sony está en una nube ahora mismo (mal chiste)


Por mucho que en los medios de todo el mundo comparen el éxito de Angry Birds con la saga Call of Duty u otros juegos típicos de consola, lo cierto es que no hay mucha relación. Los mercados de uno y otro son distintos. Sí, se pueden solapar jugadores, pero nadie busca en un minijuego la misma experiencia que en un shooter de última generación, del mismo modo que no se puede comparar un corto en YouTube con el último estreno de Hollywood en cine. Las stores digitales tampoco son la panacea: muchas son caóticas, mal organizadas y hay tantos productos que se necesitan referencias externas para elegir. Pero tienen una cosa a su favor: están abiertas a la innovación, innovación que pueden ofrecer porque sus servicios son sensiblemente más baratos.


No nos vamos a engañar: los juegos tradicionales son caros. La consola más barata sigue siendo un desembolso importante y los juegos en sí también, incluso con el colchón de la segunda mano. Pero antes no importaba, porque las consolas eran (junto con el siempre subestimado PC) casi el único medio para jugar y, por lo tanto, el desarrollo estaba dirigido hacia ellas. Pronto se convirtieron en un buen negocio y los mecanismos del mercado mandan: para competir hay que invertir, y nuevas inversiones exigen resultados económicos que las justifiquen. Así que las empresas tienen cada vez más miedo a perder dinero y sólo invierten en valores seguros. Títulos triple A de fórmulas probadas y de sagas conocidas. Al público lo que quiere el público. Problema: el público no es un bloque homogéneo, aunque la mayoría tenga unos gustos más o menos similares. Sin variedad no hay alternativas, y sin alternativas un paso en falso puede hundir a una de las grandes compañías.
Pese a mi alarma, las predicciones de Ben Cousins me siguen pareciendo exageradas
No son las tabletas ni el online ni los juegos ocasionales, son las propias compañías tradicionales las que se están poniendo la soga al cuello. "Morir de éxito", reza el dicho. ¿No me creéis? Para muestra un botón: un posible Final Fantasy XIII-3 en el horizonte. El simple hecho de que parezca una noticia creíble me causa pavor. 

3 comentarios:

  1. Lo de FFs, CoD... comienza a ser de coña. Muy buen artículo.

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    Respuestas
    1. Gracias! :)

      A este paso, para mantener el nivel de negocio, no me extrañaría que hicieran un cruce FF+CoD. ¿Has visto el vídeo del nuevo motor gráfico de Square Enix? Un poco más y ya no distinguiremos qué es qué.

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    2. FF+CoD+Mario!!! XDDD Sí, no me extrañaría ^^U

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