sábado, 14 de julio de 2012

¿Ouya es la revolución?

El mercado de las consolas está mal, muy mal. Las ventas físicas caen, las digitales no parecen suplir las pérdidas y la industria se cosifica en un círculo vicioso en el que a mayor presupuesto, mayor exigencia de beneficios y mayor miedo al fracaso y a la innovación. Por eso Internet se revolucionó cuando hace unos pocos días salió en Kickstarter el proyecto de consola Ouya.

Ni idea de lo que quiere decir Ouya, pero no suena mal

Sobre las características de Ouya, decir que es una consola capaz de conectarse a la televisión, utiliza el sistema Android 4.0, es una plataforma abierta (hackers del mundo, ¡a experimentar!) y su modelo de distribución de juegos exige que todos los títulos ofrezcan contenido gratuito, ya sean demos o juegos basados en el F2P. Ya tienen apalabrados unos cuantos juegos (todos indies, lógicamente). La inspiración de los creadores de Ouya está clara: adaptar las nuevas corrientes de juegos en móviles y tabletas a las consolas desde una perspectiva abierta y sin olvidar que buena parte del público desea jugar ante una gran pantalla con un mando en las manos. Y no nos olvidemos del precio, 99 dólares.

Desde el punto de vista del marketing, lo han hecho muy bien. Lo que empezó como una simple noticia en varios sitios espacializados se ha convertido en un éxito sin precedentes. Esperaban recaudar 950.000 dólares a través de Kickstarter. Ya van por 4,6 millones, más de 36.000 inversores, y aún quedan 25 días de campaña. Es decir, sí existe un público interesado en una alternativa a las consolas de hoy.



Pero el futuro de Ouya se presenta incierto. Ha generado demasiadas expectativas y el mercado no perdona el más mínimo fallo. Por no mencionar que fabricar consolas es complicado desde la pura perspectiva material, así que podría convertirse en un "agujero negro" de pérdidas económicas si no gestionan bien sus recursos. En este artículo de Gameindustry se exponen los posibles puntos a favor y en contra de su éxito, que se pueden resumir de este modo:

A favor:
  • El precio: una cifra por debajo de 100 dólares llama la atención y anima a probar el hardware.
  • Apoyo indie: una plataforma dedicada para ellos es una plataforma a la que van a contribuir.
  • Cambio de generación: esta generación de consolas ha durado mucho y aún faltan meses antes de que llegue la siguiente, así que el mercado está abierto a nuevas máquinas.
  • Problemas móviles: los juegos para móviles y tabletas tienen mucho éxito, pero no son capaces de llenar el "nicho ecológico" de una consola. Ouya combina ambos mundos.
  • David contra Goliat: la gente se pone de parte del pequeño contra las grandes corporaciones, un efecto que quizás no venda consolas pero sí ayuda a conseguir financiación crowdfunding.

En contra:
  • Interés menguante: Ouya ha acaparado titulares estos días con su exitosa campaña de Kickstarter, ¿pero podrá mantenerlo cuando cambie la moda?
  • Demasiadas opciones: uno de los problemas del mercado móvil es el caos y superabundancia de títulos en sus tiendas online. Tal como está planteada, Ouya sufrirá la misma situación.
  • Guerras de marketing: Óuya ya ha conseguido dinero para fabricar las consolas, ¿pero tiene dinero para el marketing? Los desarrolladores indies no es que tengan mucho presupuesto publicitario.
  • Sin apoyo de las grandes: lo contrario de David contra Goliat, editoras como EA o Activision no apoyarán el nuevo sistema, no a menos que tenga un éxito en ventas arrollador.
  • Vaporware: siendo sinceros, Ouya todavía está vendiendo humo. No hay nada tangible, sólo promesas.

Los más optimistas creen que Ouya va a ser la gran alternativa a las consolas tradicionales y a la miseria móvil (en pantalla grande todo es más épico, recordad). Los más pesimistas creen que Ouya va a ser otra de tantas promesas incumplidas, que no se fabricará al final o que si se fabrica será una completa mediocridad. Y después están los que creen que será simplemente una máquina para una comunidad pequeña pero activa que podría convertirse en un germen de creatividad jugable para el futuro.


Personalmente, espero que el proyecto tire adelante, aunque no creo que vaya a hacer ni una gota de sombra a Nintendo, PlayStation y Xbox, por muy de capa caída que estén (si luego me tengo que comer mis palabras seré feliz, eso sí). En el fondo, más me preocupa el fenómeno Kickstarter, pues si Ouya se convierte en un escándalo de vaporware, la gente puede perder confianza en el crowdfunding, una herramienta que, con sus más y sus menos, puede dar aún mucho juego.

2 comentarios:

  1. Aún no se como tomarme la Ouya, es una buena idea y podría salir algo interesante, pero me imagino que al final quedará como una GP32 o una WIZ, algo reducido para un nicho de mercado muy concreto y que las las grandes compañías no apoyarán.

    La recaudación y éxito han sido brutales, pero si lo miras fríamente ahora mismo son 38.000 personas apoyando el proyecto, para cuando acabe el plazo y con las ventas de cuando salga a la venta digamos que llega a 80.000-100.000 compradores, después de esto vendrá la prueba de fuego, ¿cuánta gente nogamer se la va a comprar?

    Ahí es donde lo tiene más difícil y es el verdadero reto de Ouya, que ojo, puede tener perfectamente su lugar en el mercado y que sea viable a pesar de ser minoritario, pero muchos están esperando la llegada de la próxima revolución y no tiene porque ser así, hay que mirar las cosas con perspectiva global, no desde la visión de los fanáticos de los videojuegos. Pero sin duda será interesante seguirle la pista para ver como termina el asunto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, el asunto de los números es uno de los temas que más se sacan a colación. Vale, supongamos que esos 38.000 inversores consiguen una flamante Ouya y que espoleados por el éxito las cifras se duplican o triplican. 120.000 unidades en circulación no estarían mal... para un software. El negocio del hardware es diferente.

      El negocio de las consolas se basa en los videojuegos (Ouya se reserva el 30% de cada transacción monetaria, tontos no son). Un parque de consolas tan exiguo no es rentable. No todos los jugadores se bajarán los mismos juegos y sólo una ínfima parte se rascará los bolsillos en el modelo F2P.

      Sin embargo, esto sólo son futuribles. Yo también creo que quedará como una máquina curiosa para una minoría de fanáticos jugones, seguramente con gusto retro. Pero nada más. Probablemente, incluso mucho menos.

      (Aunque lo dicho, si resulta que se convierte en la revolución, bienvenida sea. La industria actual de consolas necesita abrir nuevos horizontes)

      Eliminar