Anuncios de la semana: THQ

Ahora que la defunción de THQ es oficial, no está de más un repaso nostálgico por los títulos que ha dejado esta empresa caída en desgracia. Quizás no hayáis jugado a todos, puede que no hayáis jugado a ninguno, pero no está de más echar la vista atrás.

Saints Row
Empecemos por la saga más exitosa de THQ, la más deseada en la subasta. Aunque empezó como otra copia más del éxito sand-box de GTA, Saints Row encontró su voz en la segunda entrega y con la tercera elevó hasta el disparate pop las andanzas de esta banda criminal de lo más peculiar. Volition, el estudio encargado de la saga, está actualmente desarrollando la cuarta parte, ahora bajo la batuta de Koch Media.

Red Faction
La saga hermana de Saints Row, aunque mucho menos gamberra que ella, también está desarrollada por Volition y ocurre en un futuro en el que Marte ha sido colonizado. La saga ha dado tumbos y en general se está de acuerdo en que Red Faction: Guerrilla fue el culmen. Las mala acogida de Armaggedon, de hecho, supuso que THQ abandonara por completo la idea de continuar la saga.

Warhammer 40,000
La mayoría de los juegos publicados por THQ son licencias de franquicias ya existentes: películas de Disney, Bob Esponja y Mi Pequeño Pony, entre otros. Pero sin duda la adaptación que más réditos les ha dado ha sido la del juego de mesa Warhammer 40,000, especialmente con sus sagas de estrategia Dawn of War y Dawn of War II. Ahora la licencia vuelve a estar en manos de sus creadores, que ya decidirán a quién se la adjudican ahora.

Supreme Commander
No sólo de marines espaciales vive el aficionado a la estrategia. THQ también lanzó en 2006 su propia franquicia, Supreme Commander, con mundos y ejércitos enormes que había que mirar a vista de satélite para poder dirigirlos. Sin embargo, la jugabilidad experimental no convenció a tantos como habría sido deseable, y aunque la pulieron para la secuela, la segunda parte no tuvo la acogida esperada.

Homefront
En los últimos tiempos, THQ lanzó varios experimentos para tener su propia saga triple A en shooter, al estilo Call of Duty. Homefront es un ejemplo de ello, un futuro alternativo en el que Corea del Norte (iba a ser China, pero lo cambiaron por la posible reacción de las autoridades chinas) invade EEUU. Kaos Studios, que lo desarrolló, cerró hace tiempo y su secuela estaba siendo desarrollada por Crytek, que ahora ha adquirido los derechos completos sobre la saga. Aunque el juego no es nada del otro mundo, el trailer es excelente.

Metro 2033
Otro intento, similar al de Homefront, fue adaptar el mundo de la novela rusa Metro 2033. En un Moscú post-apocalíptico, los supervivientes del holocausto nuclear se refugian en los túneles del metro. El juego recrea la dureza de esas condiciones (olvidáos de un cómodo mapa señalándoos el camino, agarrad una brújula y un mechero), pero pudo haber vendido mejor. THQ estaba en plena campaña de promoción de su secuela, Metro: Last Light, cuando ocurrió la bancarrota.

Darksiders
De toda esta lista, la más desafortunada ha sido la saga Darksiders, que no ha encontrado comprador. Había sido el caballo de batalla de THQ, que intentaba convertirla en su franquicia clave, llegando a contratar a Joe Madureira, famoso dibujante de cómic, como director artístico. Pero sus ventas siempre se quedaban cortas para cubrir los costes. Que Darksiders II no llegara al mínimo imprescindible ha sido sin duda el último clavo en el ataúd de THQ y ahora no habrá estudio que la continúe, pues Vigil Games, sus creadores, no han encontrado comprador.

La lista continúa, con otras franquicias como Titan Quest o Destroy All Humans!, pero esta lista es bastante representativa de los últimos tiempos de THQ. Seguro que habréis podido ver una línea común en todos ellos: eran juegos que vendían, pero no vendían lo suficiente. Un pequeño tropiezo y las finanzas de THQ podían venirse abajo, como al final ha ocurrido. No extraña entonces que luego las grandes compañías se aferren como locas a sus sagas más conocidas, exprimiéndolas al máximo. Nadie quiere acabar como THQ.