martes, 3 de septiembre de 2013

¿Se acerca otro crash de los videojuegos?

El crash de 1983 es probablemente el mayor acontecimiento que jamás haya ocurrido en la industria de los videojuegos. En aquel entonces, había una saturación de videoconsolas en el mercado, así como de juegos para las mismas, muchos de ínfima calidad. Además, eran caras para el bolsillo medio y cuando entraron en escena los primeros ordenadores personales, no pudieron competir. El estallido de la burbuja significó la debacle de la orgullosa Atari y podría haber significado el fin de las videoconsolas. La industria cambió y mejoró, pero hoy en día vuelven a oírse amenazas de crash.

Un juego tan malo que tuvieron que enterrarlo

Quizás no haya una saturación de videoconsolas y videojuegos como en 1983, pero sí es cierto que ambos son caros, por mucho que se empeñe la industria en justificar los precios. Como siempre digo, ante los números, que se quiten las opiniones: la Nintendo 3DS vendía mal hasta que decidieron bajar el precio, PSVita también ha sufrido un recorte vistas sus pésimas ventas y lo mismo le va a ocurrir ahora a Wii U. Las ventas físicas, menos flexibles, pierden ante la distribución digital. Y si entonces los más económicos y versátiles ordenadores personales empezaban a comerle terreno a las videoconsolas, lo mismo ocurre ahora con los móviles y tabletas.

Las grandes cadenas de tiendas como Game y Gamestop lo pasan fatal. Recordemos que la primera estuvo al borde del cierre hace poco más de un año y la segunda pone sus esperanzas en la nueva generación de videoconsolas. De hecho, parece una esperanza casi religiosa entre la prensa especializada: que la Xbox One y la PS4 salven los muebles de una temporada horrible. Pocos parecen recordar que buena parte de la bonanza económica de esta generación vino de la mano de la Wii de Nintendo, y a estas alturas parece evidente que la Wii U jamás la alcanzará ni de refilón. Sin ese empuje en las ventas de un público ocasional masivo, en lugar del núcleo duro de compradores habituales, lo que puedan hacer Xbox One y PS4 será cuanto menos limitado.

Las tres consolas a escala de ventas históricas totales

Ante la crisis, se proponen soluciones y caminos a seguir. Sin embargo, conviene desconfiar de los cantos de sirena. A los que proponen a los móviles y las tabletas como ejemplo a seguir, les recuerdo que lo mismo se dijo de los juegos sociales cuando Zynga parecía que iba a comerse el mundo. Ahora, aunque no han cerrado, están en su justo lugar. A los que hablan de free-to-play como monetización del futuro, les recuerdo que lo mismo se dijo de la sucripción de pago, hasta el punto que todo el mundo quería su propio World of Warcraft. Ahora WoW es la excepción, no la regla.

Personalmente, no creo en las profecías, que muchas veces nacen del afán de poder decir "¡yo ya lo sabía!" cuando las cosas se arreglen. Hay que recordar que el fin de Atari no supuso el fin de las videoconsolas. Dos años después del crash, Nintendo sacó la NES que acabaría resucitando el mercado, a pesar de ser una videoconsola también. A veces lo que se necesita no es revolucionar, sino simplemente evolucionar.

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